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 H I S T O R I A  Y  S O C I E D A D
Boletín electrónico

 

Por Dr. José Ignacio Reyes González*

Resumen

Este artículo revela las reflexiones teórico prácticas realizadas en el marco del proyecto de investigación CLIODIDACTICA: LA ENSEÑANZA DE LA HISTORIA EN LA ESCUELA, que se desarrolló en la institución universitaria. Se fundamenta epistemológicamente el enfoque de un proceso de enseñanza aprendizaje de la Historia más integral, no solo por la integración de fundamentos filosóficos, sociológicos, históricos, psicológicos y pedagógicos sino también por la presencia de nuevos contenidos y métodos en el proceso de educación histórica de los niños, los adolescentes y los jóvenes, que se convierte en plataforma de los resultados científicos que se ponen actualmente en práctica en la provincia de Las Tunas y que forman parte de los presupuestos que deben dominar los docentes que imparten Historia en las diferentes educaciones.


Introducción

         La enseñanza de la Historia constituye una vía importante para la educación de la personalidad de los niños, los adolescentes y los jóvenes, razón por la que se encuentra en el currículo escolar desde hace dos siglos y que hoy con nuevos argumentos y razones justifican su permanencia, por una parte y el perfeccionamiento de su enseñanza, por otra.

         La educación histórica que resulta del proceso de enseñanza aprendizaje de la Historia en cualquiera de los niveles educativos donde se imparte es reconocido por los investigadores y los docentes de esta materia, lo que explica el crecimiento de los trabajos científicos que abordan este temática y en particular la necesidad de reforzar la preparación histórica de los que se forman como docentes en las universidades pedagógicas.

         El cambio del modelo de formación inicial de los docentes en Cuba está en correspondencia con las necesidades que tienen las educaciones para las cuales se preparan los nuevos maestros y profesores.

La Educación Primaria se mantiene con un maestro primario que imparte en el primer ciclo El Mundo en que Vivimos, asignatura que incluye aspectos relacionados con la historia nacional y local, mientras que en el segundo ciclo se imparte Historia de Cuba, que incluye también lo nacional y lo local. La preparación profesional de los docentes de esta educación prevé un currículo de formación inicial que atiende a un maestro que no será especialista en Historia, sino que atiende todas las asignaturas incluyendo esta materia buscando los nexos entre estas.

         Mientras la Educación Secundaria Básica necesita de un profesor de Historia y Educación Cívica capaz de impartir Historia Antigua y Medieval en séptimo grado, Historia Moderna y Contemporánea en octavo grado e Historia de Cuba y Educación Cívica en noveno grado; lo que exige de los docentes en formación un esfuerzo personal para interiorizar los aspectos fundamentales de la Historia Universal, de América y de Cuba para poder explicarlo a los adolescentes que se educan en las secundarias básicas.

         Mientras para la Educación Preuniversitaria se forma un docente para un área del conocimiento, en este caso las Humanidades que impartirá Historia Contemporánea y de América en décimo grado e Historia de Cuba en onceno y duodécimo grado.

         Con independencia de las peculiaridades de la materia que debe impartir un docente en las educaciones primaria, secundaria básica y preuniversitario se necesita precisar qué aspectos son esenciales para que la asignatura Historia eleve la calidad de su proceso de enseñanza - aprendizaje y produzca la calidad que en términos educativos se espera de la misma.

         Este artículo centra su atención en los principales presupuestos teóricos desde los que debe desarrollarse la preparación histórica de los docentes en formación de las universidades pedagógicas para que logren apropiarse de una plataforma teórica de actuación en el contexto escolar y comunitario.   

         Las ideas que se exponen provienen de los resultados del proyecto de investigación CLIODIDACTICA: La enseñanza de la Historia en la escuela (2006 – 2012), que realizó un grupo de investigadores de la Universidad de Ciencias Pedagógicas “Pepito Tey”, bajo la dirección del autor del artículo, adscrito al Programa Ramal No1 del Ministerio de Educación de Cuba.

 

1.1   La necesaria relación Historia – Didáctica de la Historia como fundamento de un proceso de enseñanza aprendizaje de la Historia más científico 

         La necesaria relación que se establece entre la ciencia Historia y la Didáctica de la Historia, proceso de interacción que se ha fortalecido en los últimos años ha posibilitado delimitar un conjunto de ideas, principios y rasgos que deben caracterizar al proceso de enseñanza aprendizaje de la Historia y que la docencia universitaria que se ocupa de la formación inicial de los maestros primarios y de profesores de Historia para las educaciones de Secundaria Básica y Preuniversitario debe tener presente en sus dos aristas: como fundamentos para impartir la Historia en el proceso de formación inicial de los docentes y como sustento para comprender cómo se imparte la Historia en los diferentes niveles educativos para los que se preparan.

         Por eso lo primero que hay que delimitar cuáles son los rasgos fundamentales que la tipifican la Historia en la actualidad y qué es para este proyecto la ciencia Historia.

         Algunos de los rasgos que identifican a la ciencia Historia en la contemporaneidad:

  1. Tiene como base los hechos y fenómenos históricos en su concatenación dialéctica. Los hechos históricos son la base sobre la que se erige el edificio historia.
  2. Es tiempo (pasado – presente – futuro). Desde el presente rastrear en el pasado, para al comprender el pasado revelar los nexos con el presente y poder construir el futuro.
  3. Es espacio (sucede en un lugar geográfico determinado).
  4. Tiene como protagonistas a los hombres en sociedad  (expresión tanto de lo colectivo como de lo individual).
  5. Es cambio, transformación y perfección.
  6. Es la totalidad, lo global, por la diversidad de las actividades humanas, de tipo: económicas, políticas, sociales y culturales; que revela la naturaleza compleja de la propia actividad humana, siendo expresión de lo multidimensional dialéctico del accionar humano.
  7. Es explicación, interpretación y  comprensión.
  8. Es esencia, expresada en conceptos, regularidades y leyes que como su síntesis permiten la explicación de los hechos, fenómenos, procesos, periodos  y épocas históricas.
  9. Es memoria reconstruida, sin espacios cerrados al estudio y posibilitando que cada generación de historiadores utilizando variados métodos investigativos revele nuevas aristas en el estudio de los hechos y fenómenos históricos.

10. Es objetiva y a la vez revela un compromiso de clase.


         A partir de precisar los rasgos anteriores J. I. Reyes (2004 : 11)  ofrece la siguiente definición de historia: es la ciencia que estudia todas las aristas de la actividad social, reconoce como sujetos de la historia a protagonistas colectivos e individuales, en la dialéctica pasado – presente – futuro, lo que posibilita comprender los hechos, fenómenos y procesos históricos así como revelar las tendencias del desarrollo social, en cada país, región y el mundo, propiciando la educación multilateral de los ciudadanos.

         La ciencia Historia comenzó siendo identificada con la narración de hechos históricos, centrada fundamentalmente en importantes personalidades políticas y en los documentos históricos como únicos y determinantes para darle el carácter probatorio a los planteamientos de los historiadores. Sin embargo, hay un acuerdo bastante generalizado actualmente entre los historiadores (sobre todo los progresistas) de que la historia establece una estrecha relación entre el pasado, el presente y el futuro sobre la base de la totalidad y diversidad de actividades económicas, políticas, sociales y culturales que desarrolla el hombre. Para P. Pagés (1983: 56) “conocer las sociedades humanas significa conocer las distintas manifestaciones sociales en su globalidad... la interacción permanente (entre ellas) ... la dinámica de la evolución de las sociedades”.

         La Historia no se ocupa solo de lo factual de los hechos y fenómenos históricos para dejarlos expresados en simples anécdotas o narraciones, se adentra en la complejidad de las interacciones causales que de manera esencial explican el entramado de relaciones que se producen a escala social. No es la ciencia del pasado, sin conexiones con el presente y el futuro de la sociedad, pues como señala E. H. Carr (1990: 40)  “el historiador del pasado no puede acercarse a la objetividad  más que en la medida en que se aproxima a la comprensión del futuro”, en verdad sólo es el futuro el que puede darnos la clave de la interpretación del pasado y al rastrear en el pasado se busca luz para la comprensión del futuro.

         No es menos cierto que por su naturaleza el contenido histórico es el pasado, los hechos y fenómenos que son objetivos, inmodificables, pero la interpretación que le da el historiador con un método rigurosamente científico, como lo es por ejemplo el materialismo histórico, permite que la historia deje de ser simple anécdota y revele causas, contradicciones y una dinámica del movimiento social que va del pasado al presente y de este al futuro. Abstraerse de esa máxima en los estudios históricos es como un barco sin timonel en alta mar, que puede zozobrar en cualquier instante, “porque el presente no es más que el futuro inmediato que en el vivir deviene pasado, y vivir es modelar a cada instante las condiciones de vida pasadas de días venideros”. A. Moreno (1991: 222) 

         La historia no es solo tiempo histórico asociado únicamente a la secuencia cronológica que se ubica en líneas de tiempo, ni solo espacio como el lugar en que ocurren los hechos. La temporalidad y la espacialidad en su integración armónica con los sujetos y protagonistas de la historia, la secuencia de acciones que despliegan a partir de las causas que las generan y las consecuencias que trae, son imprescindibles para comprender la historia.

         La temporalidad y la espacialidad histórica si bien tienen un fundamento teórico general, se advierten peculiaridades en el primero y segundo ciclo de la Educación Primaria en función del carácter propedéutico con que se enseña la historia, durante la sistematización que se realiza en la Educación Secundaria Básica y en la profundización de los contenidos históricos en la Educación Preuniversitaria.

         En estos años se ha pasado de la conceptuación de la temporalidad como categoría didáctica que integra el tiempo histórico y el tiempo social, el tiempo de los acontecimientos históricos que han pasado (como tiempo histórico protagonizado por otros) y la percepción del tiempo social actual en que están inmersos los aprendices, los docentes, los familiares, los miembros de la comunidad y de la sociedad en general, vista como una categoría que no se puede separar de la espacialidad histórica, pero que las propuestas promovían con acciones didácticas separadas el aprendizaje de la temporalidad y la espacialidad en los sujetos.

         Se trata posteriormente de integrar desde lo conceptual la temporalidad y la espacialidad, pero sobre todo los procedimientos para su aprendizaje en la escuela. Se aprecia de manera nítida en la propuesta de G. J. López (2013) de conocimientos históricos temporales y espaciales:

  • Orientación (pasado-presente-futuro, contextualización histórica y ubicación temporal y espacial).
  • Evolución e interacción: (cambio-permanencia-duración, relación hombre-medio, frecuencia, ritmo histórico, sincronía y diacronía).
  • Condicionantes (el escenario, causalidad-consecuencia histórica y socio-fisiográficas).

         La Didáctica de la Historia ha estado al tanto de las tendencias de los estudios históricos incluyendo sus métodos de investigación, para hacer el proceso de transposición didáctica en la escuela. La historia que se enseña, no es dada de una única y sola vez, sino que se enriquece sistemáticamente con los estudios que la ciencia Historia realiza lo que le impregna a la educación histórica un gran dinamismo y objetividad.


         La utilización creciente de métodos cualitativos de investigación en los estudios históricos marca un reto a la Didáctica de la Historia para su utilización con fines educativos en la enseñanza de esta materia escolar. 

1.2 Potencialidades educativas de la historia

La finalidad educativa de la asignatura Historia es contribuir el desarrollo integral del aprendiz, propiciar el crecimiento de su personalidad, incidir en su formación humanista, y para este propósito la Didáctica de la Historia posee un importante papel.

La presencia de la Historia en la educación se justifica desde múltiples razones:

  • Despertar el interés del alumno por el pasado, que facilita la comprensión del presente: no se puede entender el presente del alumno sin que se adentre en el estudio del pasado. El presente tiene unos hilos conductores que se mueven hacia el pasado, tanto al pasado reciente como al pasado pasado como señalan algunos autores. Heller, A.  (1997).
  • Comprensión del presente para hacer reflexionar al alumno sobre su proyección futura: el estudio del pasado a partir de hechos, procesos y fenómenos, con el protagonismo de los actores de la historia, entra en conexión con la vida presente y se convierte en una vía para que el alumno piense cómo debe ser la posición de la sociedad y la de él como miembro de la misma en el transcurrir de la historia. Qué lugar le corresponde en la sociedad como futura generación adulta, que permita la elaboración de proyectos de vida ajustado a lo que socialmente hace falta, desde la consideración del contexto donde vive y las necesidades que este contexto genera.
  • Potenciar en los educandos el sentido de identidad: sentirse parte de la historia y la vida de un país, conocedor de sus costumbres, raíces, tradiciones y defensor de esos valores identitarios. Esto es algo necesario en la era de la globalización neoliberal que trata de aniquilar los valores autóctonos nacionales para imponer los valores que provienen de los centros de poder en el mundo. Hay un bombardeo de información utilizando las tecnología de la información y las comunicaciones que se hace desde los centros de poder que impactan en los valores autóctonos, desde la televisión y la prensa internacional se trata de uniformar a todos con las mismas ideas y gustos que se generan en países que tienen otra cultura.  
  • Respetar la historia y las tradiciones de otros pueblos del mundo: al conocer la historia de otros pueblos del mundo, encontrará relaciones, conexiones entre el mundo, el continente y la región con el país en que vive y elevará su cultura sobre otros países, lo que fomenta la tolerancia y la valoración de lo diferente a partir del desarrollo histórico de cada pueblo. Desde lo diverso que es el mundo actual encontrará lo semejante entre los pueblos, tal y como afirma Martí (1975 : 468) “Patria es humanidad”
  • Preparar a los alumnos para la vida adulta: al comprender desde la historia los problemas sociales, al formar criterios, actitudes y valores relacionados con la vida ciudadana. Desde la historia y la actividad desplegada por los hombres se aprende cómo enfrentar los problemas sociales, cómo trascurrir por las diferentes etapas de la vida.
  • Desarrollo del pensamiento del escolar: la enseñanza de la Historia favorece el ejercicio humano de pensar, se activan todos los procesos lógicos: análisis, síntesis, abstracción, inducción, deducción, comparación, generalización. Se aprende a pensar con sentido crítico, buscando elementos factuales y lógicos que posibiliten argumentar, contrastar las opiniones que tenemos con las de otros en el acto comunicativo que es la educación.
  • Se enseña los métodos y procedimientos para la investigación histórico -  social: todas las habilidades que se enseñan para reconstruir el pasado, son útiles en la formación integral del alumno. Cuando aprende a formular hipótesis, a buscar datos que permiten corroborarla o desecharla en fuentes variadas, se está preparando al alumno en un serio ejercicio intelectual, que será útil en su vida futura, independientemente de la profesión que elige más tarde estudiar. Los procedimientos de la investigación histórica devienen en métodos para enseñar y aprender la historia en la escuela.     

 

1.3  Peculiaridades generales de la educación histórica que se sustente desde el materialismo histórico y el enfoque histórico cultural

         Sería bueno primero conceptualizar qué entendemos por proceso de enseñanza aprendizaje y de manera particular el proceso de enseñanza – aprendizaje de la Historia:

         ¿Qué entender por proceso de enseñanza – aprendizaje? Es un proceso con carácter dialéctico e integral, que conlleva la participación activa tanto del profesor como de los aprendices, e implica a su vez que los docentes precisen los objetivos de enseñanza que los aprendices asumen como sus objetivos de aprendizaje, para llegar a los diferentes niveles de esencia del contenido (conocimientos, habilidades, hábitos, destrezas, normas actitudes y valores) con la utilización de formas de organización, métodos y medios de enseñanza - aprendizaje que posibilitan la adquisición de esos saberes que el profesor y los aprendices deben evaluar sistemáticamente desde una concepción de proceso y resultado. J .I.  Reyes (2000)

         Mientras que el proceso de enseñanza – aprendizaje de la Historia se define como un proceso, que desde la determinación de objetivos formativos posibilita a los aprendices la comprensión de la variada actividad desplegada por los hombres en el decursar histórico, en su dialéctica pasado –presente – futuro, a partir de la selección de contenidos con significatividad, que implica su participación protagónica, sobre la base de métodos, medios y formas de organización que se ajustan a la naturaleza de conocimiento histórico a formar y a las posibilidades reales de los alumnos, lo que impacta en la educación de su personalidad, a la vez que los acerca y los integra en su contexto social.  


         Algunas peculiaridades que tiene que poseer el proceso de enseñanza – aprendizaje de la Historia:

-          Delimitación de la intencionalidad formativa de los objetivos. No se aprende historia, solo por acumular nuevos conocimientos, apropiarse de nuevas informaciones, sino que todo ese conocimiento posibilite la educación de los niños, los adolescentes y los jóvenes. Los objetivos formativos ponen en un primer plano la intención educativa de los contenidos que se enseñan y aprenden en la escuela, en consonancia con las metas del grado y del nivel, que desde el aprendizaje de la Historia connota un proceso de enseñanza aprendizaje que a partir del estudio del pasado histórico permite entender el presente y modelar la sociedad futura, lo que explica la intencionalidad temporal y espacial, a la vez que implica la instrucción y la educación de los aprendices.

-          Selección y secuenciación de contenidos históricos que posibiliten un acercamiento dialéctico a la actividad social de los hombres, las mujeres, los niños, las niñas, los adolescentes, los jóvenes y los adultos. La selección de la cultura que se incluye en los programas escolares no puede favorecer unas actividades de los sujetos de la historia por encima de  otras, pues estaría distorsionando la verdadera imagen de la vida social. El contenido histórico seleccionado debe acercar a los aprendices a los hechos, los procesos y los fenómenos de naturaleza económica, política, social, cultural e ideológica, estableciendo los nexos necesarios entre estos, a partir de revelar los protagonistas colectivos e individuales que construyeron la historia pasada, construyen la presente y construirán el futuro, para que se apropien y comprendan la historia, en la medida que incorporan procedimientos y herramientas para alcanzar por sí solos nuevos conocimientos y educan su personalidad acorde con las normas, actitudes y valores que propugna una sociedad con más justicia y equidad.

      Justo es necesario hacer una acotación relacionado con la selección de contenidos, dada la tradición positivista de enseñanza de la Historia que se centra en los aspectos político, militar y diplomático, dejando fuera contenidos que son imprescindibles para la educación histórica; tales como: la historia personal y familiar, de los oficios y las profesiones, del hombre común, de la mujer, de la vida cotidiana, entre otros. No son contenidos que elegimos como parte del currículo como algo más que permite despertar el interés por aprender la asignatura, sino que son determinantes en la educación de la personalidad por las potencialidades intrínsecas y las carencias que tiene los aprendices que exigen un trabajo formativo en esos aspectos.

      Una correcta selección de contenidos exige una secuenciación adecuada, pues no se trata solo de incluirlos en el currículo, sino con qué lógica se utilizarán para que cumpla los fines educativos que su naturaleza objetiva aporta. Por otra parte estos contenidos se integran, no se desarrollan por separado, como estancos de la realidad histórica, sino en la dialéctica con que se revelan en esa realidad.

-          Los métodos de enseñanza – aprendizaje deben estar en función de la apropiación, por parte de los niños, los adolescentes y los jóvenes, de los contenidos históricos. La naturaleza dialéctica y objetiva de los contenidos a aprender determina los métodos a seleccionar y las fuentes a utilizar para obtener la información. Esa selección de la cultura que como contenido histórico del proceso educativo, implica pensar los métodos que permiten revelar esa diversidad de aristas de la realidad histórico social para que no solo permitan la apropiación de conocimientos y habilidades sino que eduque, razón por la que cada materia tiene un papel en el currículo escolar.

      Los métodos con que el docente enseña Historia, los que selecciona para asegurar el aprendizaje de esta materia, deben posibilitar que se desarrolle el pensamiento histórico; el método es la vía que permite concretar los objetivos formativos y traducir el contenido histórico enseñado en contenido histórico aprendido. El contenido ideal a aprender se concreta en contenido aprendido por medio de los métodos, recursos didácticos y formas de organización que lo dinamizan.

      La naturaleza variada y compleja de los contenidos históricos exige la utilización de métodos que penetre en esa realidad permitiendo la formación de conocimientos históricos, tanto fácticos como lógicos. La comprensión de la historia requiere de nociones y representaciones relacionadas con los hechos, las personalidades colectivas e individuales, las relaciones espaciales y temporales, pero también de representaciones de situación económica, política y social que se erigen en la base para la formación de los conceptos, las regularidades y las leyes históricas; cada uno de estos aspectos ajustados a las peculiaridades de la enseñanza de la Historia en cada nivel educativo, que atiende al nivel de desarrollo psicológico de los aprendices.

       La utilización sistemática de métodos productivos, que se alejen de la posición reduccionista de lo reproductivo que durante años ha sentado cátedra en la escuela, son los que propician que los aprendices piensen, reflexionen, contrapongan ideas, para lo que se hace necesario fomentar en ellos la capacidad para preguntar, para emitir juicios de valor sobre lo que dice el maestro, lo que leen en los textos, lo que les llega por las imágenes, lo que dicen sus coetáneos, lo que escuchan de los familiares y miembros de la comunidad.

       En particular, la investigación de hechos, fenómenos y procesos históricos, con énfasis en lo nacional y lo local, posibilita que los aprendices dominen los procedimientos y herramientas de la historia, reconozcan el carácter objetivo de la misma, la implicación de actores individuales y colectivos cercanos y lejanos en el tiempo, con lazos consanguíneos o sin estos, a la vez que ellos se sienten protagonistas de la historia.

      La delimitación de estrategias de enseñanza aprendizaje que favorezcan la profundización en los contenidos históricos, la implicación de los aprendices, la interacción de estos con el contexto familiar, comunitario y social es la vía para que se desarrolle una educación desarrolladora, tal y como propugna la Escuela Cubana de Desarrollo Integral, que enunció R. M. Álvarez (1997)

-          Los  medios de enseñanza y aprendizaje constituyen el soporte material de los métodos. Las fuentes diversas para enseñar la Historia revelan la riqueza de métodos que permiten una enseñanza variada, diversificada. Son diversas las fuentes, tanto las históricas como del conocimiento histórico. En el primer grupo se encuentran los documentos, testimoniantes, objetos, filmes, monumentos, fotografías, entre otros que con un alto valor histórico permiten acercarse al pasado de los hechos y fenómenos históricos; esta información se encuentra generalmente en archivos, museos, galerías e instituciones de investigación histórica. El segundo grupo se refiere a las fuentes que reproducen originales, orales, mapas, manuales, diapositivas, filmes de ficción y documental, láminas, entre otros que aportan información al estudiante durante el aprendizaje de la asignatura.

-          En los modelos actuales de las educaciones primaria, secundaria básica y preuniversitario los medios audiovisuales y las tecnologías de la información y las comunicaciones constituyen pilares básicos para que los alumnos  aprendan, pero no supone que el resto de las fuentes para aprender pierdan el significado que hasta ahora le atribuimos. Lo importante radica en comprender la riqueza de fuentes que hay para enseñar y aprender la historia, para lo cual los docentes tienen que prepararse consecuentemente. El docente y los aprendices cuentan para acercarse a la historia con una variedad de fuentes, donde la fuerza de las imágenes es grande, permitiendo el proceso de formación de los conocimientos fácticos, pero también los de tipo lógico, lo que exige la precisión de tareas docentes que atiendan la variedad de niveles de desempeño que exige la escuela de hoy.

-          Siendo consecuentes con un proceso de enseñanza – aprendizaje desarrollador las formas de organización serán variadas propiciando la  interacción entre los aprendices, entre estos y el docente, entre ellos y las variadas fuentes del conocimiento histórico de que disponen en las escuelas hoy, como: la televisión, el video, la información digitalizada, los textos, las grabaciones magnetofónicas, entre otras que provocarán una clase en que se trabaja individualmente, en equipos y  en el grupo.

       No puede hablarse de desarrollo integral de los aprendices, con las formas de organización tradicionales centradas en el aprendizaje individual y sin potenciar la socialización en las diferentes fases del proceso de enseñanza aprendizaje: orientación, ejecución y control.

-          Si estamos potenciando desarrollo en los aprendices, es porque nos alejamos de la concepción de la evaluación solo como resultado. Debe ser una evaluación de proceso y resultado, destacando un enfoque formativo, que implique a todos los actores de la educación de los sujetos que aprenden: el propio aprendiz, los coetáneos, los docentes, la familia y los miembros de la comunidad.

        El docente tiene que propiciar que los aprendices de la historia se autoevalúen, sacándole provecho esta actividad metacognitiva, así como se produzcan la coevaluación como parte de la educación de la personalidad suya y la influencia social de otros, a la vez que implique a la familia y los miembros de la comunidad en los criterios de valor que conforman el aprendizaje escolar.

-          La educación histórica implica que el aprendiz aprenda en interacción  con su familia, que tiene una historia que no se utiliza la educación de los escolares; con la comunidad, con toda la riqueza patrimonial que posea que no siempre es aprovechada por la escuela para alcanzar los fines educativos que se propone. La historia es hecha por los hombres en su interaccionar diario y debe ser estudiada también aprovechando esa estructura lógica que le caracteriza,  a la vez que inserta a los que se educa en el contexto social.

 

Conclusiones

        La preparación histórica y didáctica que requiere un docente en la actualidad implica asumir para qué enseña la historia, qué debe enseñar de esta materia, cómo la debe enseñar, a la vez que delimita qué espera de los aprendices que estudian de esta materia y qué espera la sociedad de la escuela que tiene como parte del currículo la enseñanza de la Historia.

        Las universidades pedagógicas están en el deber y la obligación de fomentar desde el proceso de formación inicial de los docentes una concepción del proceso de enseñanza aprendizaje de la Historia que se ajuste a los requerimientos sociales y eduque integralmente tal y como lo marcan los documentos que regulan las metas de cada educación en Cuba.

        La Historia que se enseña es para conocer toda la variedad de acciones desplegadas por los sujetos en su devenir histórico, de manera que se comprenda el origen de nuestra historia, se establezcan los nexos adecuados con el presente y puedan encontrarse los hilos conductores que marquen un rumbo adecuado a nuestra sociedad actual, para entre todos moldear un mundo mejor y más justo.

 

*José Ignacio Reyes González, Doctor en Ciencias Pedagógicas, Optante a Doctor en Ciencias y Profesor Titular Centro de procedencia: Universidad de Ciencias Pedagógica “Pepito Tey”-  Las Tunas, Cuba  Correo electrónico:  Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.

 

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